Aunque
elección
final
de
la
cámara
digital
depende
del
diseño
o
de
la
afinidad
hacia
un
determinado
fabricante,
es
importante
tener
en
cuenta
una
serie
de
características
básicas
para
saber
cuál
puede
ser
el
modelo
que
más
se
ajusta
a
nuestras
necesidades.
Resolución.
Si
sólo
se
van
a
utilizar
para
enviar
por
correo
electrónico
o
colgar
en
una
página
web,
una
cámara
que
tenga
entre
2
y
3
megapíxeles
es
más
que
suficiente
y,
además,
saldrá
mucho
más
económica.
Si,
por
el
contrario,
se
van
a
hacer
muchas
copias
impresas
y
a
gran
tamaño,
hay
que
ir
directamente
a
los
últimos
modelos
que
superan
los
4
megapíxeles.
Sistemas
de
visor.
Es
imprescindible
que
la
cámara
esté
provista
de
dos
visores:
uno
óptico
y
otro
basado
en
una
pantalla
LCD.
Éste
último
resulta
muy
cómodo
para
visualizar
las
imágenes
captadas
y
para
navegar
por
los
distintos
menús
de
la
cámara,
por
lo
que
cuanto
más
grande
sea,
mucho
mejor.
Zoom.
Cuanto
mayor
sea
el
zoom
óptico,
mayor
calidad
de
imagen
ofrecerá,
ya
que
está
basado
en
el
empleo
de
las
propias
lentes
de
la
cámara
y,
por
tanto,
no
deforma
la
imagen
final.
Lo
mínimo
exigible
es
3x.
Tarjeta
de
memoria.
Almacenan
las
imágenes
captadas
por
la
cámara.
Si
se
prevé
hacer
un
gran
uso
de
la
misma
y,
por
tanto,
es
preciso
adquirir
varias
tarjetas
o
modelos
de
gran
tamaño
(256
Mb
o
512
Mb),
lo
recomendable
es
apostar
por
una
cámara
que
emplee
los
formatos
Compact
Flash
y
las
Secure
Digital.
Son
los
más
económicos
y
de
los
que
existen
una
gran
variedad
de
oferta
de
diversos
fabricantes
en
el
mercado.
Peso
y
ergonomía.
El
gran
beneficio
de
la
digitalización
es
que
está
permitiendo
fabricar
cámaras
más
compactas
y
provistas
de
los
últimos
avances
tecnológicos.
Fuera
del
segmento
profesional
es
posible
adquirir
auténticas
joyas
de
la
minituarización
que
ofrecen
una
gran
calidad
de
imagen
y
que
son
perfectas
para
llevar
siempre
encima.
Baterías.
Los
modelos
más
sofisticados
del
mercado
emplean
baterías
de
litio
similares
a
las
de
los
teléfonos
móviles.
Ésta
es
sin
duda
la
mejor
opción
posible
dada
la
comodidad
para
recargar
la
batería.
Otros
modelos
se
comercializan
directamente
con
pilas
recargables
y
cargador,
otra
elección
que
resulta
interesante.
Lo
que
hoy
día
resulta
impensable
es
adquirir
una
cámara
y
utilizar
únicamente
pilas
desechables.
El
coste
termina
siendo
enorme.
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